miércoles, 30 de julio de 2025

RELATO EN BLANCO Y NEGRO

Ilustración de Chema Lera. 

A través de un camino de baldosas blancas y negras, el rey negro galopaba a lomos de su fiel corcel negro con la mirada fija en la gran torre blanca que coronaba el paisaje. Se acercó veloz hasta ella y desmontó del caballo con presteza. Sirviéndose de los salientes de las rocas que la configuraban, se lanzó a escalar la torre. Pronto llegó a la terraza, donde se encontraba la reina blanca, de pie y de espaldas a él. “Amada mía”, susurró el rey. “Oh, amor mío”, dijo ella volviéndose. Corrieron el uno hacia el otro y se abrazaron apasionadamente. Se besaron con fervor, como amantes desesperados. “Te quiero con toda mi alma”, dijo él. “Oh..., esto tiene que terminar”, dijo ella de pronto, apartándolo, “No podemos seguir así. Mi esposo, el rey blanco, nos sorprenderá algún día, y ya sabes lo que eso significaría: la guerra”. “Sí, pero no puedo evitar...”. “Elige”, atajó ella, “la paz o yo”. El rey negro la miró tristemente. “No me extraña que haya tantas guerras en el mundo”, se dijo, “Ya sabes que yo amo la paz, y que lo último que haría sería provocar una guerra... Me pones en una situación muy difícil”. “Lo sé”, asintió ella, “Y lo siento”. El rey negro la miró fijamente, con los ojos a punto de llorar. Se abrazaron, por última vez. Después, el rey negro dio media vuelta y bajó por la piel de la torre. Pronto llegó al suelo. Allí le esperaba su caballo negro. “Te tengo que dejar”, le dijo mientras le daba unas palmaditas en la grupa. Le acarició la crin cariñosamente y se alejó de él. El rey negro no quería provocar una sangrienta guerra; no quería que nadie tuviera que morir por su culpa. Sin embargo, tampoco podía vivir sin su amada, la reina blanca. Así pues, sólo podía hacer una cosa. Corrió hasta el extremo del tablero y saltó al vacío.


"Relato en blanco y negro" aparece en "Malas firmas" (Interludio, 2020). Toda la información del libro en el siguiente enlace:



martes, 29 de julio de 2025

CUENTACUENTOS DE "EL COLGANTE MÁGICO" EN VILLAFRANCA DE EBRO

Miércoles 30 de Julio

18:00 horas

CUENTACUENTOS DE "EL COLGANTE MÁGICO", CON DANIEL TEJERO Y ROBERTO MALO

Villafranca de Ebro

(Zaragoza)

Daniel Tejero y Roberto Malo contando "El colgante mágico".

Toda la información de "El colgante mágico" en la web de Apache Libros:


lunes, 28 de julio de 2025

ASESINANDO EL PASADO

     

—Irene, ven un momento, por favor —dijo la voz aflautada de su jefe a través del interfono.

La mujer dejó lo que estaba haciendo, salió diligentemente de su despacho y entró en el de enfrente.

—Te tengo que presentar a tu nuevo compañero —empezó a decir su jefe señalando al hombre que estaba de pie a su lado—. Irene Mazo, te presento a Diego Sánchez. Vais a trabajar juntos.

Diego. Diego Sánchez. Irene lo vio, oyó su nombre, y su memoria retrocedió diez años en cuestión de un segundo. Veía —horrorizada— su peor pesadilla. Veía al hombre que se avergonzaba de haber amado en el pasado. Veía la parte de su pasado que siempre había querido olvidar, que creía haber sacado del marco de su vida, que para ella había muerto. Y lo veía delante de ella, conservando la misma cara —como si el tiempo no hubiera pasado para él—, algo más ancho, más gordo quizá, pero siendo el mismo Diego de siempre. El mismo Diego al que tanto había amado y tanto había odiado.

—Diego... —dijo ella débilmente, sin poderse creer lo que veían sus ojos.

Para el hombre fue también una sorpresa el encontrarla; tampoco esperaba verla. Había oído que ella había salido de la ciudad por trabajo, pero no recordaba a qué lugar. Y por fin lo sabía: a la misma ciudad a la que lo habían asignado a él.

—Irene... —susurró.

Hacía diez años que no se veían. El tiempo los había hecho crecer, y el tiempo los había reencontrado.

—Vaya, vaya, así que os conocéis —sonrió su jefe. Ellos no sonrieron, ni mucho menos—. Pues es una verdadera suerte, ya que vais a estar juntos muchas horas al día.

Al oír esto, Irene sintió náuseas.

Diego sonrió forzadamente.

—Mañana mismo empezaréis —terminó su jefe.

 

 

 

Irene llegó a su piso sintiéndose destrozada y burlada por el pasado que nunca terminaba de pasar para ella. Sentía que sus ojos se iban a derretir en lágrimas de odio, furia e impotencia. Diego. Diego. Diego. Ese nombre rebotaba de un lado para otro en el interior de su mente. El pasado había vuelto. El odiado pasado había vuelto. Cómo se avergonzaba de haber amado a ese hombre cuando era sólo una adolescente, cuando todavía no sabía distinguir lo blanco de lo negro, lo bueno de lo malo... Cómo lo odiaba, cómo lo odió, cómo lo amó... Y cuando casi lo había olvidado, y permanecía encerrado en el oscuro cajón del olvido, el cajón se había vuelto a abrir... Y sabía, mientras se secaba las lágrimas, que lo tenía que cerrar para siempre.

 

 

 

Al día siguiente, por la mañana, Irene entró con determinación en el despacho de su jefe.

—Quiero otro compañero —dijo secamente—. No quiero tener que trabajar con Diego.

—Vaya, vaya —dijo su jefe, sonriendo maliciosamente—, hace un minuto Diego me ha dicho lo mismo, que no quiere trabajar contigo. Me ha contado, por cierto, que fuisteis amantes, hace ya muchos años. Y le he dicho lo mismo que te digo a ti: me da igual vuestro pasado; sois los mejores y quiero que trabajéis juntos. Es más, vais a trabajar juntos.

—Pero no puedo ni verle...

—Ya te acostumbrarás —dijo su jefe, inflexible.

Irene se mordió el labio inferior con rabia y salió del despacho dando un portazo.

En el pasillo vio a Diego, al lado de la máquina de cafés. Al verlo sintió que se desmayaba. Con un arranque de náuseas se arrastró hasta el servicio femenino, se acercó al lavabo y sintió que tenía ganas de vomitar, de vomitar sobre su pasado para así cubrirlo, para así enterrarlo para siempre. No pudo vomitar, pero sus ojos empezaron a llorar. Avergonzándose de su propio llanto, sacó un pañuelo e intentó detener las lágrimas. Cuando se secó los ojos y desapareció la niebla que los había rodeado, vio su reflejo en el espejo del baño; y se vio a sí misma como cuando tenía diez años menos, como cuando era una adolescente enamorada de Diego. Aterrada, cerró los ojos de golpe, sintiendo que quizás sí podría vomitar. Cuando los volvió a abrir, sin embargo, se vio de nuevo adulta, asustada, llorosa, asqueada... Se rió de sí misma con una mueca feroz y pensó que ésa que había creído ver en el espejo nunca había sido ella, no, nunca podía haber sido tan tonta, tan ingenua, tan imbécil como para enamorarse de un cretino como Diego, como para dejarse desvirgar por él, como para dejarse manipular por él... ¿Cómo no se dio cuenta de que para él era sólo un pasatiempo? ¿Cómo no se dio cuenta de que él no la quería? ¿Cómo pudo ser tan ciega? ¿Cómo pudo tardar tanto tiempo en darse cuenta de que él la engañaba constantemente? Sin embargo, había cambiado, había madurado, se dijo a sí misma. Podía hacer frente al pasado y matarlo. Sí, podía matarlo, se repitió. ¿Qué había de malo en querer matar a su pasado? Nada. Todo el mundo puede hacer con su pasado lo que quiera. Y si su pasado lo representaba Diego, pues se mataba y ya está. Sí, ya está, se dijo, observando su cínica sonrisa en el espejo.

Salió del baño, decidida, y volvió a ver a Diego en el pasillo; y su cuerpo no palideció, no tembló, no sintió que se desmayaba. Diego ya no le podía impresionar. Era un cadáver en potencia.

Avanzó hasta él y le dijo haciendo un mohín:

—¿Cuándo vamos a empezar a trabajar?

 

 

 

Trabajaron toda la tarde sin complicaciones, discutiendo como dos personas civilizadas todos los puntos y no dejándose llevar en ningún momento por sus recuerdos. Las horas pasaron y, casi sin darse cuenta, llegó el momento de salir del trabajo.

—Ya es la hora —sonrió Diego—. Para ser nuestro primer día juntos... no ha estado mal. ¿Quieres que te lleve a algún sitio? Tengo el coche fuera.

—Bueno, pensaba invitarte a cenar —dijo Irene, sonrojándose ligeramente.

Diego se quedó sin habla. ¿Después de lo que le había hecho en el pasado lo invitaba a cenar? Bueno, la verdad es que ya era momento de olvidar y de empezar de cero, pensó. Ya eran dos adultos.

—¿De veras?

—Sí. ¿Te viene bien?

—Claro. ¿Dónde?

—En mi casa —sonrió ella—. Así me saldrá más barato.

—Oh, me parece estupendo —convino Diego.

—¿Vamos entonces?

 

 

 

Irene abrió la puerta de su apartamento y entró dentro junto a Diego. Los dos avanzaron sin decir nada hasta el cuarto de estar.

—Siéntate donde puedas —dijo Irene—. Y deja el abrigo por ahí.

Así lo hizo Diego.

—Voy a la cocina —siguió ella—. Puedes curiosear lo que quieras de la casa.

—¿Te ayudo a preparar algo? —se ofreció él, haciendo ademán de levantarse.

—No, no. Me gusta estar sola en la cocina —dijo ella forzando una sonrisa—. No te molestes.

Irene entró en la cocina y la recorrió con la vista. Buscaba algo. Algo que pudiera utilizar como arma para matar a Diego.

¿Veneno?

No, no tenía veneno. Qué gran error. En las películas siempre tenían.

¿Un cuchillo? ¿Un tenedor? ¿El cazo de la sopa? ¿El palo de la fregona? ¿Un abridor? ¿Una sartén? ¿Un cepillo? ¿El rodillo para amasar pan?

No.

¿La minipímer?

Bueno...

¿La minipímer?

Sí, claro que sí.

Tomó la minipímer por la parte más delgada y se sintió como una mujer de la edad de piedra armada con una gran cachiporra. Se quitó los zapatos y, ya descalza, se acercó a la salida de la cocina. Desde allí observó a Diego: estaba sentado en el sofá del cuarto de estar, de espaldas a la cocina. Veía su coronilla en la parte superior del sofá, como un enorme grano que hubiera emergido del asiento. Se acercó sigilosamente hasta él y alzó en lo alto la batidora.

Un instante. Un segundo. En ese lapso de tiempo, Irene recordó a Diego riéndose de ella, humillándola, engañándola...

La minipímer bajó sobre el cráneo de Diego y lo golpeó como si pesara una tonelada. El grano del sofá se desprendió de él y cayó al suelo; todo Diego cayó al suelo. Irene saltó sobre él y le asestó una lluvia de golpes sobre su rostro. Le rompió la nariz, le partió la mandíbula, le abrió el cráneo por varios sitios, le hizo saltar un par de dientes... hasta que la minipímer se destrozó también en mil partes.

Asustada, creyendo que el deshecho Diego podría levantarse, corrió hasta la cocina y cogió apresuradamente el cuchillo de cortar jamón. Volvió con él como un ciclón y se lo clavó en el pecho, repetidamente, en el estómago —agujereándolo como un colador—, en el cuello —brotando la sangre como si hubiera abierto la llave de la manguera de su interior—, en los ojos —que no dejaban de mirarla, atónitos—, en los costados, en las piernas, en la entrepierna, en los pies indefensos, en los brazos inmóviles... hasta que Irene creyó que ya debía estar muerto y cesó la lluvia de cuchilladas.

Sonrió, extrañándose agradablemente de lo que había hecho; sudaba por todos los poros de su piel, y era un sudor lleno de excitación. “Estoy loca”, pensó, “Pero he disfrutado como nunca”.

Observó su obra. El pasado sangraba por mil heridas. El pasado había muerto, definitivamente. ¿Qué faltaba por hacer? Enterrar el pasado. Pero era muy alto y estaba algo gordo, así que había que separarlo en trozos. Buscó su cuchillo eléctrico —¿cómo no se había acordado antes de él?— y, tras desnudar a Diego, empezó a cortarlo.

Le cortó el cuello, separando así la cabeza —que parecía un balón de fútbol deshinchado y lleno de barro rojo—, le cortó los brazos, las piernas, el pene y los testículos, y luego rajó su pecho y su barriga —salpicando enormemente todo de sangre—, cortándolo en trozos irregulares, practicando su cuchillo eléctrico el esquí y el buceo en carne y sangre. Después, metió los pedazos en varias bolsas de basura y, una a una, las sacó a la calle y las dejó en diferentes cubos de basura. Después, limpió la sangre del suelo y de su cuarto de estar y se sentó complacida en la cama.

Los recuerdos de Diego ya no acudían a ella, ya no podían acudir; Diego había muerto, el pasado había muerto, y ya no la podía amargar.

Pero de pronto Irene vio a su pasado, sentado en el sofá. Sí, se vio a sí misma, como cuando era una adolescente, como cuando estaba enamorada de Diego. Y comprendió, aterrada, turbada: había matado a Diego, que era su oscuro pasado, pero no todo su oscuro pasado. Otra parte de su pasado era ella misma, y quizás de ella misma era de quien sentía asco, de quien sentía odio, de quien sentía vergüenza... Y a su adolescencia no la había matado. Estaba ahí, delante de ella, sonriéndole.

De pronto su adolescencia se levantó del sofá, tomó el cuchillo eléctrico de la mesa y caminó lentamente hacia ella.

Irene la vio acercarse, aterrada. ¿Cómo podía estar ahí? ¡Había muerto! ¡Había muerto! ¡Había muerto con la madurez!

—No puedes matar el pasado —dijo fríamente la imagen de su adolescencia.

Y hundió el cuchillo eléctrico en el adulto cuello de Irene.


"Asesinando el pasado" es uno de los veinte relatos incluidos en "Sin pies ni cabeza" (El Eco de los Libres, 2025), libro escrito por Roberto Malo e ilustrado primorosamente por Miquel Zueras. 

Puedes adquirir el libro en el siguiente enlace: 

domingo, 27 de julio de 2025

"CUENTOS A DÚO" EN SANTA CRUZ DE GRÍO

Domingo 27 de Julio

18:30 horas

"CUENTOS A DÚO: LA PRINCESA Y EL DRAGÓN", CON ROBERTO MALO Y TOCHE MENAL

Santa Cruz de Grío

(Zaragoza)


¡Nos vemos!


sábado, 26 de julio de 2025

"VIAJES MARAVILLOSOS", MI COLUMNA SEMANAL EN EL PERIÓDICO DE ARAGÓN

Hoy sábado 26 de julio es el Día de los Abuelos. Así es, cada 26 de julio se rinde homenaje a los abuelos, ya que, según el calendario católico, es la fecha en que se celebra la onomástica de San Joaquín y Santa Ana, padres de la Virgen María y abuelos de Jesucristo. Sin embargo, resulta una celebración que pasa algo desapercibida, en comparación con otras efemérides más populares y arraigadas, como el Día de la Madre o el Día del Padre, por ejemplo. Y no tendría que ser así; los abuelos son una de las figuras más importantes del grupo familiar, creando un vínculo muy especial con los nietos. Siempre están dispuestos a dar amor incondicional, cuidados y consejos, transmitiendo valores y enseñanzas a las nuevas generaciones. Con la temática de los abuelos en mente me ha dado por escribir un cuento, titulado Viajes maravillosos. Espero que os guste, aquí va:

En verano siempre llevo la radio encendida cuando conduzco al socaire de la noche; es la compañía perfecta de los viajantes como yo. A través de las ondas desgranabas tu gran aventura en Islandia como un narrador consumado. La locutora apenas se atrevía a interrumpirte, seguramente tan embelesada como yo por tus peripecias sin fin. Enumerabas cómo habías estado a punto de quedar atrapado en un glaciar, cómo, por hacer la fotografía perfecta, te habías calado hasta los huesos en una gigantesca cascada, o cómo habías acariciado el cielo en el remanso de paz de la Laguna Azul. El tema del programa era “Viajes maravillosos”, y el tuyo, desde luego, lo era con creces. Por si había dudas, dejaste caer que cuando viste por primera vez la aurora boreal pensaste que era el espectáculo más hermoso del mundo. Sin embargo, poco tiempo después cambiaste de opinión. Era mejor todavía ver la aurora boreal en buena compañía, y esa grata compañía la encontraste en una rubia nativa de ojos azules como la laguna. No sólo habías descubierto un gran país, habías descubierto el amor con mayúsculas. Y por mantener vivo el amor habías prolongado tu estancia de forma indefinida, si bien ahora volvías a casa con tu amada islandesa para presentarla a la familia y anunciarles (aquí vacilaste un segundo) que ibais a ser padres. Tras un instante de silencio, la locutora te dio la enhorabuena con voz emocionada y yo me quedé sonriendo como un bobo. De semejante forma, a través de las ondas, me enteré de que iba a ser abuelo.


"Viajes maravillosos", mi columna semanal en El Periódico de Aragón de hoy sábado 26 de julio.

Asimismo, podéis leer la columna "Viajes maravillosos", de Roberto Malo, en el enlace de la web del Periódico de Aragón que pongo a continuación:


viernes, 25 de julio de 2025

CUENTACUENTOS DE "EL ÚLTIMO ABORDAJE DE MORGAN EL INVENCIBLE" EN TORRECILLA DE ALCAÑIZ

Sábado 26 de Julio

19:00 horas

CUENTACUENTOS DE "EL ÚLTIMO ABORDAJE DE MORGAN EL INVENCIBLE", CON ROBERTO MALO Y DANIEL TEJERO

Torrecilla de Alcañiz

(Teruel)

Cuentacuentos de "El último abordaje de Morgan El Invencible", con Daniel Tejero y Roberto Malo, es un espectáculo participativo de teatro y títeres para todos los públicos de unos 50 minutos de duración,  basado en el libro homónimo "El último abordaje de Morgan El Invencible" (Apache, 2024), escrito por Daniel Tejero y Roberto Malo e ilustrado primorosamente por Ignacio Ochoa.

Roberto Malo y Daniel Tejero contando "El último abordaje de Morgan El Invencible".

jueves, 24 de julio de 2025

MAGNOLIA

Estaba firmando cómics en el Splash de Puerto de Sagunto cuando una mujer me pidió que le dedicara un tebeo a su hija Magnolia. Para Magnolia, escribí, y se me ocurrió decir “se llama como mi película favorita”. “Es la mía también”, asintió la mujer, y se dio la vuelta y me mostró el tatuaje que llevaba en la espalda: la flor del cartel de la película. Y nos lanzamos a hablar de la obra cumbre de Paul Thomas Anderson, claro. La habré visto infinidad de veces, y siempre me emociona sobremanera. Es una obra maestra apabullante (dura tres horas y se pasa en un suspiro, gracias a un montaje y un ritmo endiablado que no decae en ningún momento). Tiene uno de los mejores prólogos de la historia del cine, y es una obra tocada por la magia, con escenas inolvidables como la lluvia de ranas (o esa sonrisa del plano final). Con interpretaciones fantásticas de Julianne Moore, Tom Cruise (en el papel de su vida), John C. Reilly, William H. Macy o Philip Seymour Hoffman. Con una envolvente banda sonora de Jon Brion y unas canciones maravillosas de Aimee Mann (el momento en el que todos los actores cantan Wise Up es tremendo). Cuando la vi por primera vez en el cine, hace ya veinte años, sentí que era la película perfecta, la que me hubiera encantado escribir a mí. Sentí una afinidad inmensa con su director y guionista, me sentí hermanado con él. Y encontré la explicación: el director y yo tenemos los mismos años; es más, Paul Thomas Anderson y yo hemos nacido el mismo día. Una casualidad digna de las que aparecen en la propia película. 

"Magnolia" aparece en "Malas firmas" (Interludio, 2020). Toda la información del libro en el siguiente enlace:



miércoles, 23 de julio de 2025

FOTOS DE "CUENTOS DEL CRETÁCICO" EN LASPUÑA

El otro día tuvimos una función de "Cuentos del Cretácico", con Roberto Malo y Daniel Tejero, en Laspuña. Mil gracias a todos, estuvo genial y nos trataron de maravilla. Un lujo. 

Toda la información del libro en la web de Pregunta: 

https://preguntaediciones.com/libro/lex-el-tiranosaurio-rex/


CUENTACUENTOS DE "EL ÚLTIMO ABORDAJE DE MORGAN EL INVENCIBLE" EN VILLAFRANCA DE EBRO

Miércoles 23 de Julio

18:00 horas

CUENTACUENTOS DE "EL ÚLTIMO ABORDAJE DE MORGAN EL INVENCIBLE", CON ROBERTO MALO Y DANIEL TEJERO

Villafranca de Ebro

(Zaragoza)

Cuentacuentos de "El último abordaje de Morgan El Invencible", con Daniel Tejero y Roberto Malo, es un espectáculo participativo de teatro y títeres para todos los públicos de unos 50 minutos de duración,  basado en el libro homónimo "El último abordaje de Morgan El Invencible" (Apache, 2024), escrito por Daniel Tejero y Roberto Malo e ilustrado primorosamente por Ignacio Ochoa.

Roberto Malo y Daniel Tejero contando "El último abordaje de Morgan El Invencible".

Podéis adquirir el libro en:

sábado, 19 de julio de 2025

"CONCIERTO ESTIVAL", MI COLUMNA SEMANAL EN EL PERIÓDICO DE ARAGÓN

 No sé cuál será este año la canción del verano, pero ya sé cuál ha sido mi concierto de este verano. Lo disfruté esta misma semana. Qué barbaridad de espectáculo. Anda de gira internacional la estrella latina Jennifer Lopez, de quien soy un fan irredento desde que protagonizó la película Selena en 1997, demostrando que además de actuar lo suyo es cantar y bailar como nadie. Qué artista total, madre mía, qué poderío en el escenario. Su gira Up All Night Live in 2025 ha recalado en siete ciudades españolas: Pontevedra, Cádiz, Fuengirola, Madrid, Barcelona, Bilbao y Tenerife. Zaragoza tal vez sea actualmente la cuarta ciudad de España en cuanto a población, pero está visto que no entra en las agendas de los grandes conciertos. Y menos en verano; Zaragoza es un páramo musical en estos días estivales. Si quieres ver conciertos, toca viajar. Y sin pensarlo demasiado (a veces el corazón manda, y mi santa estimó que era un buen regalo de cumpleaños) nos fuimos para Madrid a verla. Un día es un día, caramba. En el Movistar Arena, con todas las entradas vendidas, y ante 15.000 personas completamente entregadas, JLo desató la locura apareciendo en el escenario al ritmo de On The Floor, con un body deslumbrante y la misma gorra que lucía en el mítico baile de la película Estafadoras de Wall Street. Flanqueada por seis bailarinas y seis bailarines, con una banda compacta y una puesta en escena y luminotécnica de altísimo nivel, continuó de forma arrolladora con Save Me Tonight, una de las muchas canciones nuevas, todavía no grabadas, que presenta en este tour. Enlazaría con Booty y Ain´t Your Mama, dos hits en los que mueve sensualmente su cuerpo de diosa como si no pasaran los años para ella. La semana que viene cumple 56 años, quién lo diría. Cambio de look, cuero negro y estampa rockera para seguir con Jenny From The Block, I´m Real y Get Right, enloqueciendo al público con su energía y sus coreografías imposibles. Al estar en nuestro país se animó a cantar Gracias a la vida, de Violeta Parra, Qué hiciste  (una de mis favoritas) y Si una vez, como homenaje a Selena Quintanilla. En la recta final enlazó tres himnos: Waiting For Tonight, Dance Again y Let´s Get Loud, toda una apoteosis colectiva. Y El anillo, con todo el público cantando y bailando, puso el brillante colofón a dos horas que se pasaron en un suspiro. Y fue una noche llena de suspiros. Ay, la Lopez.

 

"Concierto estival", mi columna semanal en El Periódico de Aragón de hoy sábado 19 de julio.

Asimismo, podéis leer la columna "Concierto estival", de Roberto Malo, en el enlace de la web del Periódico de Aragón que pongo a continuación:



jueves, 17 de julio de 2025

"CUENTOS DEL CRETÁCICO" EN LASPUÑA

Sábado 19 de Julio

19:30 horas

"Cuentos del Cretácico", con Daniel Tejero y Roberto Malo

Laspuña

(Huesca)

Un paleontólogo un tanto listillo y un inventor chiflado viajan en el tiempo hasta la época de los dinosaurios. Solamente tienen un problema, la máquina se ha estropeado y están atrapados en ese mundo repleto de garras y colmillos. Necesitarán de la imaginación de todos los niños y niñas para regresar a casa. ¿Te animas a viajar al Cretácico?

“CUENTOS DEL CRETÁCICO” es un espectáculo participativo que combina títeres planos y de volumen. Este divertido montaje familiar cargado de humor y aventuras, además de enseñarnos cómo era la Tierra en aquella época, potencia valores como la tolerancia, el respeto, la superación personal y la amistad. La imaginación es una herramienta muy poderosa, y ella será la que nos guie a lo largo de esta historia.

Toda la información del libro en la web de Pregunta: 

https://preguntaediciones.com/libro/lex-el-tiranosaurio-rex/