En París, hace ya unos años, en una cafetería con ínfulas de restaurante chic, mi mujer y yo pedimos un bocadillo para cada uno y agua. El camarero nos miró de arriba abajo con visible desprecio, molesto sin duda porque una pareja de mochileros le ocupara con tan poco beneficio una mesa de su local, por otra parte bastante vacío. Al rato nos sirvió los bocadillos desganadamente, como si no nos los mereciéramos, y no trajo el agua (que allí es gratis). Se lo recordé en un perfecto francés (que para algo lo había estudiado un montón de años), y el camarero se sonrió para sí, como diciendo que ya podíamos esperar el agua, ya. Los parisinos tienen mala fama gracias a personas así. Nos acabamos los bocadillos, bajo la atenta mirada del impasible camarero, y le recordé que no nos había sacado el agua. Visiblemente enojado, el camarero se fue para dentro. Salió con una gran jarra de agua, pasó delante de nosotros sonriendo ostensiblemente y acabó dejándola en el suelo al lado del perro de un turista alemán que se había sentado hacía bien poco en una mesa cercana y que no había pedido nada para el perro. El turista le agradeció el detalle, lo mismo que el perro, que empezó a beber de la jarra a lengüetazos, y el camarero asintió mirándome directamente a mí, como dejando el mensaje bien claro: aquí antes bebe agua un perro que vosotros. Años después, volvimos mi mujer y yo a París con nuestros hijos, y pedimos una jarra de agua en la misma cafetería. El camarero trajo la jarra por fin y mi hija, sin querer, la rompió en mil pedazos.
lunes, 26 de agosto de 2024
EL PERRO DE PARÍS
sábado, 24 de agosto de 2024
"LA VERDAD ES CRUEL", MI COLUMNA SEMANAL EN EL PERIÓDICO DE ARAGÓN
En la ciudad
costera las curiosas máquinas estaban por todas partes; en ellas los turistas
solían echar unas monedas para saber su futuro. Metían la mano en la máquina y
ésta, después de unos segundos, escupía una hoja en la que aparecían en varios
idiomas las típicas trivialidades adivinatorias: “Vas a conseguir el amor de tu
vida, Te va a tocar mucho dinero, Llegarás muy lejos en tu profesión...”. Nunca
olvidaré el día en que se acercaron una pareja de ancianos. El hombre, al
parecer más temeroso, no quiso saber nada de la máquina. Sin embargo la mujer,
más decidida, echó el dinero y metió su vieja mano en la ranura. Yo sonreí
pensando en lo chocante que sería si le decía “Vas a conseguir el amor de tu vida,
Llegarás lejos en tu profesión” y cosas por el estilo. Ella sonreía emocionada a su marido mientras esperaba la respuesta y yo,
con malsana curiosidad, me detuve a observarlos. En cuanto salió el papel, ella
lo cogió rápidamente, se ajustó las gafas y comenzó a leerlo. Al instante, su
rostro se crispó de indignación. Tiró el papel al suelo y empezó a golpear la
máquina con ambos puños. Su marido, asombrado, se dispuso al momento a
detenerla, pero ella lo apartó y siguió golpeando la máquina. Entonces se echó
una mano al pecho y cayó al suelo, como un fardo. Dos jóvenes se agacharon a
socorrerla al momento. Yo me encontraba en la otra acera y pasaban coches, por
lo que no podía cruzar. Uno de los jóvenes llamó a una ambulancia. Mientras
tanto, el anciano intentaba aliviar a su mujer. De repente, los ojos de la
mujer se cerraron. El otro joven le tomó el pulso. Dejaron de circular coches y
pasé a la otra acera. “Creo que está muerta”, dijo el joven, temblándole la
voz. El viejo rompió a llorar, abrazándola desesperado. Yo me agaché a recoger
el papel. A diferencia de otras veces, sólo había una línea en varios idiomas,
la cual decía: “Va a morir enseguida”.
"La verdad es cruel", mi columna semanal en El Periódico de Aragón de hoy sábado 24 de agosto.
viernes, 23 de agosto de 2024
"CUENTOS A DÚO" EN MIEDES DE ARAGÓN
11:30 horas
"CUENTOS A DÚO", CON ROBERTO MALO Y MARÍA JOSÉ MENAL
Plaza de la Iglesia
Miedes de Aragón
(Zaragoza)
jueves, 22 de agosto de 2024
"CUENTOS A TRÍO" EN HOSTAL DE IPIÉS
20:00 horas
"CUENTOS A TRÍO", CON ROBERTO MALO, ÁNGEL VERGARA Y MARÍA JOSÉ MENAL
Hostal de Ipiés (Sabiñánigo)
(Huesca)
¡Nos vemos!