Hace unos meses leí la noticia de que se iba a
estrenar una película estadounidense de terror sobrenatural titulada La luz del diablo, como un libro mío. Un
buen título, qué caramba. The Devil´s
Light. Tuve ocasión de ver el tráiler. La protagonista era una monja
exorcista, así que de primeras no se parecía mucho a mi relato homónimo.
Parecía una coincidencia de título solamente. Se estrenó en octubre en Estados
Unidos y en Hispanoamérica y leí algunas reseñas de Argentina y México, para
asegurarme de que la trama difería por completo. No la ponían demasiado bien,
por cierto. Finalmente se ha estrenado en España, ya está en la cartelera, pero
aquí le han cambiado el título. Por estos lares se llama Reza por el diablo. Mucho peor, dónde va a parar. Me gusta pensar
que tengo parte de culpa en ese cambio. Publiqué la antología de relatos La luz del diablo en el año 2008 y es
uno de mis libros más laureados. Uno de sus relatos, el titulado Lluvia sangrienta, ganó dos importantes
premios nacionales: el Premio Nocte (mejor relato de terror publicado en el
2008) y el Premio Ignotus (mejor relato de fantasía, ciencia ficción o terror
del mismo año). Mi gran momento de gloria en la Hispacón de 2009 cuando recogí
los dos trofeos. Recuerdo que mi editor me comentó que tal vez habría que poner
en el libro una faja anunciándolo. Yo decliné cortésmente su ofrecimiento. No
por humildad, sino por un sentimiento más pueril. No me gustan las fajas. Es
una manía que tengo. En cuanto pillo un libro con faja lo primero que hago es
quitársela sin ningún miramiento. Por otro lado, la cubierta me gustaba mucho y
me parecía un crimen cruzar semejante portadón con una ridícula faja. Visto en
perspectiva, igual no fue una decisión muy inteligente por mi parte: a decir
verdad, el marketing y yo nos hemos llevado siempre regular.
https://www.elperiodicodearagon.com/opinion/2023/01/14/gustan-fajas-81148456.html
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