Entrantes:
Entro en los cines Aragonia para ver la película El menú en versión original. De entrada no sé ni quién es el
director de la cinta ni los guionistas. Acudo impelido por el poder del star system. Soy muy fan de Ralph Fiennes, un actorazo que siempre
está fantástico, y aquí es el imponente chef de un restaurante exclusivo. Mi
mente vuela a sus grandes trabajos. Primer plato: Recuerdo salir de ver La lista de Schindler completamente
impactado por su actuación; mi mujer salió perdidamente enamorada de él, pese a
que apareciera con tripica cervecera, para semejar más alemán. Durante muchos
años fue su actor favorito y se le antojaba el más atractivo del mundo. No nos
perdíamos ninguna de sus películas: Quiz
Show, Días Extraños, El paciente inglés, Oscar y Lucinda, El fin del romance... Segundo plato: En el año 2005 dimos un paso
más en nuestro romance con Fiennes; tuvimos la suerte de verlo en el Teatro
Español de Madrid, en la obra Julio César
de Shakespeare. La obra era en inglés, claro, pero como soy un profesional
me la había leído antes en castellano para no tener que estar leyendo los
subtítulos: en teatro se hace un poco duro, no es como en el cine. Sin embargo,
cuando estaba en escena Ralph Fiennes, nadie miraba los subtítulos: nadie
apartaba la vista de él. A la salida, le esperamos para darle la enhorabuena y
le tiré una fotografía junto a mi santa; él salió guapísimo y ella a su lado
con una enorme sonrisa de satisfacción. Tercer plato: Nuestra satisfacción
seguiría aumentando con Sucedió en
Manhattan y El jardinero fiel…
Pero mi mujer se negó a ver las películas de Harry Potter. Le fue infiel a Lord
Voldemort. Pero yo ya estaba enganchado a Ralph de por vida y me seguí viendo
todos sus trabajos. Postre: Saboreo su última invitación, una comedia
negrísima, un thriller mordaz para paladares exquisitos.
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