Hoy
comienzan las Fiestas del Pilar, y los recuerdos del día del Pregón de otros
Pilares vienen en tromba a mi cabeza encachirulada. José Antonio Labordeta
siempre está presente de alguna manera en esas evocaciones. Fue dos veces
pregonero: en el año 1979, y treinta años después, en el 2009, dándolo todo en
un pregón inolvidable, entonando el Somos
de forma contundente, como hemos podido volver a apreciar en el sentido
documental dirigido por Paula Labordeta y Gaizka Urresti, Labordeta, un hombre sin más. También me asaltan recuerdos de
grandes recitales suyos en plenas fiestas, en la plaza del Pilar en la mayoría
de las ocasiones, algunos coincidiendo también con el día del Pregón. ¿Qué
mejor manera de empezar las Fiestas que con un concierto del abuelo? Es
imposible no emocionarse con canciones como Aragón
o Canto a la libertad, auténticos
himnos que ya son eternos. Sin embargo, tengo debilidad por la canción Zarajota blues, de su disco Aguantando el temporal, que presentó en
un maravilloso concierto en el desaparecido Teatro Argensola en el año 1985; en
el documental aparece un fragmento de cuando la cantó con Joaquín Sabina para
el disco en directo Tú y yo y los demás.
Por cierto, se lo pude comentar cuando tuve la suerte de coincidir firmando
libros con él en dos ocasiones en la Feria del Libro de Zaragoza (las dos veces
en la caseta de la Librería París). El abuelo estaba en silencio, con pose de
escritor serio y digno, y los lectores y admiradores se le acercaban
reverencialmente. Yo en cambio animaba mis libros gesticulando como un poseso y
desgranando a gritos sus virtudes. “Chico, vendes los libros como quien vende
longaniza”, me dijo con su retranca habitual. “A mí no me conocen, me lo tengo
que currar”, argumentaba en mi defensa. Ay, cómo te añoramos, Labordeta.
¡Felices fiestas!
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