Stephen King sigue siendo el rey.
Sigue publicando sin descanso, como en los buenos tiempos, y lo siguen
adaptando al cine y a la televisión cada dos por tres. La última de sus
adaptaciones (pronto llegarán más), que se encuentra en la cartelera, es La vida de Chuck, un relato de poco más
de sesenta páginas que aparecía en la antología La sangre manda, del año 2020. Es una historia extraña, con
elementos fantásticos y sobrenaturales, pero no es de terror; cuenta con una
buena idea y como curiosidad está narrada en orden inverso. Se divide en tres
actos (Acto III: ¡Gracias, Chuck!, Acto II: Músicos callejeros y Acto I: Contengo multitudes). Me gustó
el cuento, no lo voy a negar, pero lo confieso: no me pareció memorable. Sin
embargo, la película homónima adaptada y dirigida por Mike Flanagan convierte
lo literario en pura emoción visual, conformando una obra sensacional,
realmente antológica. Ay, la magia del cine. No es que cambie Flanagan la
historia, para nada, de hecho calca los diálogos y las situaciones de forma
reverencial, pero con una maestría y una sensibilidad que elevan el texto
exponencialmente. Mike es muy fan del escritor de Maine; ya lo había adaptado
dos veces, llevando al cine sus novelas El
juego de Gerald y Doctor Sueño,
pero a la tercera va la vencida, como se suele decir, plasmando con La vida de Chuck una de las mejores
adaptaciones del maestro King de la historia, y mira que ha tenido buenas
adaptaciones: Carrie, Misery, La zona muerta, La niebla… Esta apuesta, más existencialista y
reflexiva, centrada en la vida y en la muerte, estaría más emparentada con
otros cuentos suyos que sin ser de terror se han llevado al cine con gran
acierto: Cuenta conmigo, de Rob
Reiner, basada en su relato El Cuerpo,
o Cadena perpetua, de Frank Darabont,
basada en su relato Rita Hayworth y la redención
de Shawshank. Con esas dos obras formaría un buen tríptico, desde luego. Es
una película coral en la que todos los actores están fantásticos, pero me quedo
con tres momentos: la escena con David Dastmalchian, el baile que se marca Tom
Hiddleston y algunos diálogos de Mark Hamill. Soy de lágrima fácil, vale, pero
esta película te desmonta de pura belleza en muchas escenas. No se la pierdan,
saldrán bailando. Ha ganado el Premio del Público en el Festival de Toronto y
el Premio de la Crítica en el Festival de Sitges. Por algo será.
"Contengo multitudes", mi columna semanal en El Periódico de Aragón de hoy sábado 25 de octubre.
Asimismo, podéis leer la columna "Contengo multitudes", de Roberto Malo, en el enlace de la web del Periódico de Aragón que pongo a continuación:
https://www.elperiodicodearagon.com/opinion/2025/10/25/contengo-multitudes-122985763.html
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