Los
fans de Nicolas Cage estamos de enhorabuena. Su última película, El insoportable peso de un talento
descomunal, escrita y dirigida por Tom Gormican, es una locura maravillosa,
un festín de guiños y referencias a la carrera de este actor tan histriónico y
excesivo como genial. Nicolas Cage haciendo de Nicolas Cage, ¿qué podría salir
mal? Por supuesto, los que no son fans de Cage, mejor abstenerse de su
visionado. Pero los que son fans van a disfrutar como un cerdo en un barrizal.
La trama es delirante, como muchas de las cintas del protagonista de Con Air, Cara a cara o La mandolina
del capitán Corelli, y es tremendamente divertida. Lo mejor de la historia
es la relación que se establece entre el personaje interpretado por Pedro
Pascal y Nicolas Cage. Qué gran pareja cómica forman, con una química
increíble. La película vuela con ellos a gran altura. Asimismo, nuestro Paco
León está sensacional en su primera película en inglés (aunque también tiene
muchos diálogos en castellano, dejando muy a las claras su origen español). Lo
cierto es que todo el reparto brilla en esta deliciosa parodia de metaficción.
La película no es perfecta, desde luego, pero tiene alma, corazón, y acaba
resultando mucho más emotiva de lo que uno podría esperar en un principio. Salí
del cine con el siguiente pensamiento: “Seguramente veré mejores películas en
lo que resta de año, pero que me gusten más que ésta, ay, será algo
verdaderamente difícil”. Luego recordé que este mismo mes de julio se estrena
por fin en salas Pig, la cinta que
situó a Cage de nuevo entre los actores oscarizables, rindiéndose la crítica
ante su contenida actuación y ante la enorme calidad del film, y ya me quedé
más tranquilo, con ganas de una nueva y suculenta ración. Nic ha vuelto por
todo lo alto. Pero nunca se había ido.
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