Vaya por delante que tengo debilidad
por las películas que duran noventa minutos. En hora y media te cuentan una
historia y te quedas plenamente satisfecho. Por ejemplo, las películas de Woody Allen suelen rondar siempre esa
duración estándar (Allen no necesita más tiempo para maravillarnos con su
ingenio). Su última comedia, Golpe de
suerte, te golpea a fondo con sus escasos 95 minutos. Cuando acaba, con un
final fantástico, por cierto, no necesitas ni un minuto más. Todo se ha
contado, y de qué manera (y esta vez con diálogos en francés, que le sientan
estupendamente a su cine, quién lo iba a decir). Sin embargo, no todos los
cineastas neoyorquinos octogenarios son iguales. Sin ir más lejos, Martin Scorsese necesita bastantes más
minutos para montar sus películas. Su última obra maestra, Los asesinos de la luna, dura tres horas y media. Pero saliendo Robert De Niro y Leonardo DiCaprio me lanzo a por ella sin miramientos. Bueno, siendo
sincero, la única diferencia dada su larga duración es que hay que planificar
un poco más los preámbulos del visionado. Escoger un pase en versión original
por la tarde (que por la noche uno se puede dormir), pasar antes por el baño
(que ya tenemos una edad), entrar relajado y ocupar el asiento acomodando bien
el cuerpo, que el encuentro no va a ser muy rápido que digamos. Pero no hace
falta mentalizarse: lo cierto es que no miras el reloj en ningún momento. Estás
atrapado desde el primer fotograma hasta el último. Qué peliculón, madre mía. Cuando
acaba, con el magnífico epílogo radiofónico y el último plano final, me da una pena
tremenda que finalice semejante joya fílmica. Se me ha pasado volando. Estoy
devastado por la historia pero encantado por su tratamiento, dirección, fotografía
y sus memorables actuaciones. No dudo que le lloverán un buen puñado de
nominaciones y de premios. Organizaos para verla, valientes, que no os espante
su duración.
"La duración importa", mi columna semanal en El Periódico de Aragón de hoy sábado 4 de noviembre.
Asimismo, podéis leer la columna "La duración importa", de Roberto Malo, en el enlace de la web del Periódico de Aragón que pongo a continuación:
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