Este
martes acudí al Museo de Zaragoza, a la presentación de Un martes cualquiera, el primer libro de relatos de Laura Latorre Molins. Y no fue un
martes cualquiera, desde luego. Fue un martes de celebración, que el libro lo
merece. Me lo había leído unos días antes y me había dejado totalmente
maravillado. Es un debut espectacular, veinte relatos redondos, pulidos hasta
rozar la perfección. Me senté en la presentación con Pilar Benedicto y Ana Segura,
que también lo habían leído, y comentamos lo mucho que nos había gustado esta
potente y deslumbrante antología de relatos, valiente en sus temas y certera en
sus rotundos finales. Es un gustazo descubrir nuevas voces con tanto talento. Acompañó
a la autora en su gran día el escritor Sergio
Royo, y, como él mismo señaló, la calidad del libro le había puesto muy
fácil la presentación. En su introducción desgranó todos los relatos y luego
charlaron animadamente de un montón de cuestiones, como por ejemplo de la música
tan presente en el volumen o de cómo cambiar el chip de periodista freelance a autora de ficción. Fue un
diálogo muy interesante entre dos jóvenes escritores con clara predilección por
los relatos, y Sergio, como lo ha sufrido tantas veces en sus propias carnes, no
pudo evitar lanzarle a Laura la pregunta obligada de rigor: “¿Para cuándo la
novela?”. Ella confesó que tenía algún proyecto de novela en mente pero que
ahora lo que tocaba era acompañar a la criatura recién alumbrada durante una
buena temporada. No tengo ninguna duda de que le proporcionará un montón de
alegrías. Y espero de corazón que, tras una irrupción tan apabullante en el
mundo de las letras, Laura nos entregue muchos libros más, ya sean antologías,
novelas o lo que le venga en gana. Un servidor, lo admito, aguardará cada nueva
obra suya como agua de mayo.
"Un brillante debut", mi columna semanal en El Periódico de Aragón de hoy sábado 6 de mayo.
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