—¿Por qué desaparecieron los
dinosaurios de la Tierra? —pregunta la señorita Blasco a todos los alumnos de
la clase.
La señorita Blasco es una mujer
joven bastante guapa y con mucho genio.
—¿Por fuertes cambios
climáticos? —apunta un alumno extremadamente delgado y con gafas de culo de
vaso.
—Podría ser —asiente la
profesora.
—Yo leí una teoría —sigue otro
alumno, todo un empollón— en la que se decía que como los dinosaurios ingerían
diariamente gran cantidad de plantas, éstas se irían reduciendo para ceder paso
a las plantas venenosas, que acabarían por invadir la Tierra. Y ante esta
superabundancia de plantas dañinas, los dinosaurios herbívoros no podrían
escapar del envenenamiento accidental y morirían; y los carnívoros, por su parte,
al no encontrar los congéneres herbívoros que constituían su alimento,
perecerían también.
—Una curiosa teoría —sonríe la
profesora.
—Yo creo que simplemente
evolucionaron —dice una alumna con convicción—. La Tierra sufrió grandes
cambios, y sólo los más preparados sobrevivieron.
—Eso me gusta bastante —sonríe
la profesora—. Veo que habéis hojeado libros por vuestra cuenta. Eso está muy
bien.
26 de enero del 3042
—¿Por qué desaparecieron los
hombres de la Tierra? —pregunta la señorita Fuentes a todos los alumnos de la
clase.
La señorita Fuentes es una
cucaracha joven no demasiado atractiva pero que tiene su encanto.
—¿Por fuertes cambios
climáticos? —apunta un alumno de antenas muy largas y patas espinosas
tremendamente delgadas.
—¿Y a qué se debieron esos
cambios? —pregunta la profesora.
—Pues por la contaminación, la
destrucción de la capa de ozono, los gases venenosos y las armas atómicas y
bacteriológicas —responde el mismo alumno.
—Muy bien —sonríe la profesora—.
Veo que alguien ha estudiado.
"Las bestias desaparecidas" es uno de los 60 relatos de "La sonrisa del león" (Dissident Tales, 2015), de Roberto Malo. El libro está ilustrado magistralmente por Javi Hernández.
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