AS DE COPAS
Al apurar la copa de vino
advertí que en su fondo había un hombre diminuto ahogándose, debatiéndose entre
la vida y la muerte. Aturdido, agucé la vista para apreciar su rostro.
Afortunadamente, comprobé que no era el mío.
REY DE OROS
El rey Midas se desprendió de
todas sus ropas y la doncella contempló maravillada su áureo cuerpo desnudo. El
rey abrazó con pasión a su amada y al contacto ella también se tornó en oro.
Hicieron el amor, y fue como el eclipse de dos soles.
CABALLO DE
OROS
Año tras año mi hijo me pedía
con insistencia que le comprase un caballo. Cuando por fin se lo compré —en un
momento de insensata debilidad, sin duda alguna—, mi hijo se montó en él y se
fue de casa para no volver nunca más. Esto me enseñó que a los hijos no hay que
concederles todos sus caprichos.
AS DE BASTOS
Deshago concienzudamente el cubo
de rubik y mi hijo lo recompone en menos de un minuto. Desde luego, el burro de
mi hijo es un as despegando y pegando los adhesivos de colores.
DOS DE OROS
Mi adorada y dorada amante en vez de tetas tiene dos
grandes monedas de oro. A pesar de este hecho inaudito la quiero igual que a
cualquier mortal, pues es todo un tesoro.
"Un manojo de cartas" es uno de los 60 relatos de "La sonrisa del león" (Dissident Tales, 2015). El libro está ilustrado magistralmente por Javi Hernández.
Toda la información del libro en el blog de la editorial:
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