LUNA DE MIEL EN LA LUNA
“Pase su luna de miel en la luna”, rezaba el folleto de la agencia de
viajes. O cómo convertir el casarse (“un pequeño paso para una pareja”) en una
celebración por todo lo alto (“un gran paso para la humanidad”). La pareja de
novios estudió el folleto y declinó finalmente la oferta. “Demasiada gente,
parece Benidorm”, argumentaron a la paciente agente de viajes, “Preferimos un
sitio menos turístico. ¿Qué tal Plutón?”.
LA GUÍA FANTÁSTICA
El hombre abre la guía de las Maldivas y a través de los textos y de
las fotografías es catapultado físicamente al archipiélago. Bucea por los
reefs, toma el sol sobre arenas coralinas, pasea entre cocoteros y manglares...
Al cerrar la guía, el hombre ha decidido que realizará el viaje. Se da una
ducha para quitarse toda la arena y busca la maleta y el pasaporte.
MÉXICO Y BALAS
En ciertos lugares de México, todo el
mundo va armado hasta los dientes. Y a la menor ocasión, les encanta hacer
ostentación de sus armas de fuego. Un deporte nacional es disparar desde los
coches sobre las señales de tráfico. Llega a tal punto esta afición, que en una
carretera contemplé el siguiente letrero:
“PROHIBIDO DISPARAR SOBRE LAS SEÑALES
DE TRÁFICO”
Por supuesto, el letrero estaba acribillado a balazos.
EL ENIGMA DE DUBLÍN
En Dublín todas las tías tienen las
tetas firmes y gordas. No solamente las dublinesas, no. Lo que quiero decir es
que a todas las tías que están en Dublín, sean de donde sean, se les ponen las
tetas que da gloria verlas. A mi mujer, sin ir más lejos, fue llegar al hotel y
descubrir que su pecho estaba como nunca. Salimos por la noche, y en todos los
bares y restaurantes que entramos lo comprobamos: todas las tías iban sin
sujetador, no lo necesitaban, para nada, y todas estaban pero que muy bien
equipadas. No sabíamos a qué se debía semejante fenómeno: si a la temperatura,
si a la atmósfera particular de la ciudad, si al hecho de que allí no hubiera
más que bares, bares y más bares. Qué gran ciudad, desde luego. No había apenas
bancos. Sólo bares: el paraíso de un juerguista. Y de los mirones. Y de las
mujeres que quieren mejorar su pecho sin pasar por el quirófano. Vayan a Dublín
y compruébenlo si no me creen.
MEDUSA
MALAYA
En un restaurante de Kuala Lumpur me comí una medusa. De
aspecto gelatinoso y color blanquecino, pero de un sabor extraordinario. Qué
cosa más rica, por favor.
Desde entonces, ya no miro las medusas de la misma forma.
Ya no las veo como algo peligroso, ya no las observo con cierto recelo o
reverente miedo. No, en absoluto. Sólo las miro con deseo. Con hambre voraz.
La próxima vez que vean una medusa cerca, no huyan, no se
alejen nadando como locos. Cácenla. Cocínenla. Cómansela. Ya me dirán.
COSAS QUE DIJE EN LA HABANA
—Mire, compañero, yo soy
revolucionario como el que más, pero esto no es un “souvenir” del Che, es una
moneda de tres pesos, y no le pago por ella un dólar ni en broma, que un dólar
son veinte pesos.
—Y no, no quiero una caja de puros.
—Y no, eso tampoco, que estoy con mi
mujer.
CONSEJOS PARA VIAJAR MÁS
1)
Cásese
con un agente de viajes. Viajará mucho y bien, con grandes ofertas y
oportunidades.
(Muy recomendables las promociones de
todo incluido para agente más acompañante.)
2)
Si
no puede casarse, échese de amante un agente de viajes. Viajará igualmente.
(Conviene ser especialmente
detallista, amable y paciente justo antes del periodo de vacaciones.)
LA DESPEDIDA DEL ASTRONAUTA
El astronauta:
—Cariño, has de ser fuerte. Voy
a estar en órbita más de seis meses, yo solo en el satélite.
Su mujer:
—¿Me serás fiel?
LAS
TORRES DE LA FASCINACIÓN
Al regresar,
siempre están las torres del Pilar.
Siempre están ahí,
aguardando el fin,
el regreso,
la casa,
la meta,
el beso.
EL ÚLTIMO VIAJE
Sobrevolaba el océano, a 31.000 pies exactamente, cuando Dios se sentó
a mi lado. A estas alturas ocurren estas cosas, pensé. “¿Es mi hora?”, inquirí.
“Así es”, asintió seriamente. En esto, una azafata se acercó y me preguntó si
quería té o café, y sentí que la banal pregunta adquiría en semejante contexto
un matiz muy importante; de mi posible contestación dependería mi destino
final. “Té”, musité tras reflexionar. “Has tenido buen juicio”, expresó Dios,
complacido, y la azafata me sirvió una taza con reverencia litúrgica. La probé,
y el avión puso rumbo al Cielo.
"Microviajes" es uno de los 60 relatos de Roberto Malo que se incluyen en la antología "La sonrisa del león" (Dissident Tales, 2015), ilustrados magistralmente por Javi Hernández.
Toda la información del libro en el blog de la editorial:
Y mañana viernes 15 de Mayo a las 20:00 horas
Con la presencia de los dos autores: Roberto Malo y Javi Hernández
Calle Zaragoza, Nº 23
Huesca
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