martes, 10 de septiembre de 2013

BUSCANDO





Busqué recuerdos tuyos
en mi mente,
pero casi todos
se habían esfumado.


Busqué caricias tuyas
en mi cuerpo,
pero casi todas
se habían borrado.


Busqué tu número
en mi vieja agenda
-¡permanecía!-
y te llamé.


Una voz
-no la tuya-
me informó
de que habías muerto.


Ahora
sigo buscando.
Busco
tu nueva dirección.




4 comentarios:

Marcos Callau dijo...

Hay búsquedas peligrosas. Encontrarla sería su sentencia. En fin, qué no se hará por amor!
Un abrazo.

roberto dijo...

Ay, el amor... Un abrazo, Marcos.

39escalones dijo...

A mí me interesa como muestra de la locura a la que puede llevar una obsesión mal digerida, que se etiquetada como amor porque, como cualquier patología mental, la primera dificultad consiste en reconocerla, y que conlleva, como no puede ser de otra manera, la autodestrucción. Poco o nada tiene que ver el amor con eso, excepto como cortina de humo personal que apenas da para cubrir las carencias de uno mismo, sobre todo de personalidad, hasta que, como es lógico, el velo se cae. Siempre demasiado tarde.
En todo caso, he visto gente encerrada por menos...

roberto dijo...

Así es, Alfredo, totalmente de acuerdo. Un abrazo.