-¿Sí?
-Hola, jefe, soy yo. Lo tengo.
-¿El qué?
-Ya sabes.
-Entiendo. No es segura la línea.
-No. No creo.
-Pero... ¿de qué estamos hablando?
-De lo que me encargaste, ya sabes.
-¿Cuándo?
-El otro día.
-¿Qué día?
-El día que mataste a esos dos pringados.
-¡Eh!
-Oh, mierda.... Quería decir que los mataste de risa, que tienes cada golpe...
-Vale, vale, no pasa nada. Hablas de los puertorriqueños que “despedí”, ¿no?
-No.
-¿De los moros?
-No.
-Pues no caigo.
-Los chinos, coño.
-Ah, vale. Ya recuerdo. Los putos chinos. ¿Lo tienes?
-Sí.
-Tráemelo entonces. Y rápido.
-¿Dónde?
-Donde la penúltima vez.
-Ya... Sólo por asegurarme, ¿voy donde te despediste de los chinos?
-No.
-¿Donde te despediste de los puertorriqueños?
-No.
-¿Donde te despediste de los moros?
-No.
-Pues no sé...
-A mi casa, joder.
-Vale, jefe, ahora voy.
12 comentarios:
Je, je, me recuerda mis conversaciones telefónicas del trabajo... Será que estamos pinchados.
Muy bueno.
Un abrazo.
¡Qué bueno!
Muy bueno... podría ser una conversación entre Mortadelo y Filemón (por lo de "jefe") o entre el Superagente 86 y se juefe.
Tu trabajo, Alfredo, también da mucho juego. Un abrazo.
Tú sí que eres bueno, Joe.
Podría ser, Dana. Grandes referentes, sin duda. Yo más bien me los imagino como unos mafiosillos de poca monta.
Unos profesionales como la copa de un pino, ¡vaya chapuzas!, está buenísimo.
Besos, Roberto.
Estamos rodeados de profesionales, sin duda. Pero con humor hasta caen bien.
Un beso, Irene.
Vaya! que me has sacado todas las carcajadas que no me habían salido en todo el día.
Está genial, Roberto. Y debe estar el doble de gracioso contigo montado en el escenario
Gracias, Vero, si he conseguido arrancar alguna sonrisa me doy por satisfecho.
Se da más un aire a aquellos famosos Diálogos para Besugos ,jajajaj
Un saludo y en tu línea amigo Roberto
Fer
Un saludo, Fernando, un placer verte por aquí, como siempre.
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