viernes, 20 de marzo de 2009

MI EXPERIENCIA EN VIETNAM



en el año 1968,
cuando yo tenía –2 años,
fui a luchar
a la guerra del Vietnam

como todavía
no había nacido
y no tenía
la nacionalidad española,
los Estados Unidos
(que siempre han tenido mucha mano
para ciertas cosas)
me reclutaron
para ir a la guerra

todavía no tenía
la mente muy formada
que digamos,
así que no
me pude negar
de ninguna manera

me endilgaron
un uniforme
que me venía
tremendamente grande
y una ametralladora enorme
(no podía con ella,
pesaba más que yo)
y me lanzaron
desde un helicóptero
a una jungla
infestada de vietnamitas

caí encima de uno
(no podía ser menos)
y mientras éste
se recuperaba del golpe
tomé mi arma
y le apunté a la ceja
(no digo entre ceja y ceja
porque era unicejo:
su ceja era una lombriz negra)

entreabrió sus ojos rasgados
y me llamó en mal inglés
(por lo que entendí)
“feto asqueroso”

esto hirió mi sensibilidad;
en consecuencia acabé
en el hospital militar

tres largos meses después,
cuando me curaron,
regresé a los Estados Unidos

allí era todo diferente

los jóvenes
se vestían con flores
y hablaban de paz

allí fumé
mis primeros canutos

allí hice el amor
en lugar de la guerra
(como no había nacido todavía,
despertaba el instinto maternal
entre las chicas americanas)

fueron buenos tiempos

4 comentarios:

Ismael Martínez Biurrun dijo...

Muy bueno, Roberto.

Me ha recordado a "Munro" de Jules Feiffer, un comic genial.

http://www.astiberri.com/ficha_prod.php?cod=munro

roberto dijo...

Gracias, Ismael, por tu comentario.
Y buscaré ese cómic rápidamente (que hay que leer más, claro que sí).

Jesús Cotta Lobato dijo...

Entro aquí a través de mi querida Bola de espejos y me encuentro este poema sencillo y contundente. Me siento identificado con ese niño. Saludos.

roberto dijo...

Hola, Jesús. Te he localizado también gracias a Bola de espejos.
Nos vemos.