PRESENTACIÓN DE "DÍA DE PERROS"

El otro día tuvo lugar en la Fnac de Zaragoza la presentación de la tercera novela de David Jasso, "Día de perros" (Hegemón, 2008). Antón Castro y un servidor estuvimos allí para ejercer de presentadores y acompañar al autor. Paso a transcribir más o menos mi intervención en el acto.

Roberto Malo: Buenas tardes. Hoy es un gran día… de perros. Pero un gran día. Estoy encantado de estar aquí por varios motivos. Primero, por estar con los chicos de Hegemón, una editorial de primera división… Desde luego, tienen un gusto exquisito a la hora de escoger sus publicaciones, como certifica la que hoy nos ocupa. Y asimismo estoy encantado de compartir mesa con dos grandes, Antón Castro y David Jasso. Curiosamente, la primera vez que vi a David Jasso fue junto a Antón Castro. Había leído en la prensa que se estrenaba en la tele un nuevo programa cultural, “Borradores”, y me dije: ¡Esto hay que verlo! Y allí en el primer programa de Borradores me topé con el trailer de “La silla”, la primera novela de Jasso. Era la primera vez que yo veía el trailer de una novela, la verdad, y me pareció la bomba, vamos. Luego en la entrevista posterior descubrí a un autor cercano, cabal, simpático, con una voz impresionante. Y me dije: me ha convencido. Así que ya sabéis, el marketing funciona. Al día siguiente me compré “La silla” y me la leí. Sí, sí, digo bien, me la leí al día siguiente, de un tirón. No tiene mucho mérito, lo cierto es que es de esas novelas que te atrapa y no te suelta hasta el final. No sé cómo diablos lo hace David Jasso, pero te sumerge totalmente en sus páginas. Estás sufriendo literalmente al lado del protagonista, atado a la silla, penando por él, por su familia, y no puedes hacer más que pasar página tras página. Es una obra, ya digo, que me dejó totalmente noqueado, abrumado. Era una novela de terror magistral, y lo más increíble: ¡estaba escrita por un zaragozano! Pero David no se quedó ahí, no. Había publicado una de las mejores novelas de terror de todos los tiempos, pero al año siguiente, como si nada, publicaría otra novela, a cuatro manos con Santiago Eximeno (que tiene mérito lo de a cuatro manos), “Cazador de mentiras”, una novela sobresaliente, coral, un novelón en todos los sentidos, en la que se unían los estilos de los dos autores de forma prodigiosa, la verdad, para quitarse el sombrero, dando así otro paso firme en su trayectoria literaria. Yo por aquel entonces seguía sin conocer personalmente a David Jasso. Nos conocimos finalmente en Sevilla, en una Hispacón. Que siendo los dos de Zaragoza, no deja de tener su gracia. Yo me lancé a por él cual fan fatal, al grito de “¡Dios mío, David Jasso, el autor de “La silla”, obra maestraaaa!"
David Jasso (asintiendo): Puedo asegurar que fue exactamente así.
Roberto Malo (sonriendo): Él, recuerdo, me miró con terror pánico, pensado sin duda que era un perturbado. A veces las primeras impresiones son muy acertadas. Seguramente a día de hoy sigue pensando algo parecido. Pero bueno, quiero pensar que ese encuentro fue el inicio de algo importante, ya que yo me encontraba en Sevilla con Santiago y Unai de Hegemón, presentando “La marea del despertar”, y fruto de ese encuentro y del buen rollo que tuvimos los cuatro, David les enviaría algo después esta novela que ahora es una realidad. Yo me enteré a través de Santiago: David Jasso nos ha mandado una novela, me comentó. “¡Publicadle, sin leerla siquiera, que es lo mejor de lo mejor! ¡Un lujo!”, les dije. Me hicieron caso, afortunadamente, pero se la leyeron antes, eso sí. Me consta. Yo entonces sentí envidia de los editores, que se podían leer una gran obra antes que los mortales lectores como nosotros. Pero un buen día me encontré con Jasso y me dijo que, si quería echarle un ojo, me la pasaba. Me la mandó por mail y me la leí de un tirón, de nuevo. Y me dejó maravillado. Tres de tres, pensé. Tres joyas. Tres novelas sensacionales. Es un autor que no defrauda, desde luego. “Día de perros”, ya llegamos. Cuando yo me la leí, se titulaba “Errores”. Recuerdo que le dije: “El título buenísimo y la novela redonda, un 10, no hay que cambiar nada”. No me hizo ni caso, por supuesto. Le cambió el título y le añadió 80 páginas más, que se dice pronto, consiguiendo mejorar lo que a mí me había parecido inmejorable. Un monstruo de escritor, ya digo, un narrador nato. En “Día de perros” el prólogo te atrapa y ya no te suelta. Te ves impelido a pasar página tras página, metido hasta el cuello en la historia. El ritmo es trepidante, no te da ni un respiro. Los personajes están perfectamente perfilados, tanto los adolescentes como los adultos, hasta el perro está estupendo, vaya. La novela es como una película de los Coen; es como “Fargo”, pero en Zaragoza. Un secuestro que se convierte en una gran tragedia. Con mucho suspense y tensión. Es la primera novela de David Jasso que no es propiamente de terror. Hay algún momento angustioso, terrorífico, sí, por supuesto, pero es novela negra, un thriller realista. Me encanta la estructura que tiene, alternando la primera persona del muchacho protagonista con la tercera persona para que así, de alguna manera, lleguemos a ver todos los puntos de vista de la acción. Es una novela muy visual, muy gráfica, sería relativamente fácil convertirla en una gran película, como ya deja entrever el trailer. Me gusta especialmente el final de la novela, demoledor, y además tiene un epílogo verdaderamente genial, que te hace replantear toda la historia. Estoy convencido de que “Día de perros” se va a convertir en todo un éxito. Tanto la editorial Hegemón como David Jasso se lo merecen. Yo, humildemente, como animador que soy, os animo a leer este libro, seguro que os encantará tanto como a mí. Y os animo también a regalarlo, ahora que se acerca la Navidad, tú regalas este libro y quedas como un señor. Mucho mejor que regalar una corbata, dónde va a parar. Es precioso y muy suavecico, además, como todos los de Hegemón. Con una portada de Cuca Baquero que es una maravilla, oiga. ¡Una joya! Antes de ceder el turno a Antón Castro, que profundizará en los personajes y en la trama, me gustaría dar las gracias, de corazón, a David Jasso, por haberme hecho pasar unos ratos estupendos. David, eres todo un maestro. Gracias.