sábado, 17 de octubre de 2020

"LA SOLEDAD DEL ARTISTA", MI COLUMNA SEMANAL EN EL PERIÓDICO DE ARAGÓN

"La soledad del artista", mi columna semanal en El Periódico de Aragón de hoy sábado 17 de octubre.

  Asimismo, podéis leer la columna "La soledad del artista", de Roberto Malo, en el enlace de la web del Periódico de Aragón que pongo a continuación:

https://www.elperiodicodearagon.com/noticias/opinion/soledad-artista_1440415.html

Hay algunos libros que tras su apasionante lectura se me quedan dando vueltas en la cabeza (tal vez porque tengan una estructura circular). Me acaba de suceder con La soledad del dibujante, de Adrian Tomine, autor de cautivadores cómics como Intrusos o Sonámbulo y otras historias. Su nueva novela gráfica es una auténtica delicia, tanto en la forma como en el contenido. El formato físico es el de una libreta de bolsillo, con el interior a cuadraditos, como un diario; las viñetas sobre el fondo de cuadros azules resaltan más el negro del dibujo. La obra se abre con una cita en la que Daniel Clowes comenta que ser uno de los dibujantes más famosos del mundo es como ser uno de los jugadores de bádminton más famosos del mundo. Y sirve de preámbulo perfecto para esta divertida autobiografía de Tomine, centrada en su relación con el glamuroso mundo del cómic. Veremos episodios hilarantes y humillantes de su vida, desde su infancia, en el colegio, hasta la actualidad en Brooklyn con su mujer y sus dos hijas. Asistiremos a tensas sesiones de firmas, desastrosas entrevistas en la radio, entregas frustrantes de premios, críticas demoledoras en convenciones de cómics, bochornosas meteduras de pata en toda suerte de lugares y situaciones embarazosas con las que es muy fácil empatizar. Me gusta especialmente el capítulo en el que acude al colegio de su hija a explicar a lo que se dedica. O el episodio en el que acepta ser un invitado famoso en un crucero sobre cómics, en el que cada noche tiene que cenar con un grupo de fans distinto. Un libro que servirá de espejo para muchos amantes de los tebeos. Lo resume de maravilla en la contra el autor Michael DeForge: “Un adorable e implacable paseo por el desfile de indignidad de nuestra profesión”.


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