Mi amada está cansada de chupármela. Ya vale de sexo oral, me dice. Pero dada tu condición, intento razonar, pellizcándole un pezón, es de lo poco que podemos hacer. Ella se pone roja como un cangrejo. ¡Me voy, ahí te quedas, que eres un guarro!, me grita, y mi sirena salta del barco y se aleja por el ancho mar, meneando su cola de pez con brío y cierto despecho.
17 comentarios:
La sirenita tiene razón...se pueden hacer otras cosas, por ejemplo ver documentales del Comandante Custeau.
Custeau a mí no me inspira grandes cosas pero...jejeje. Muy buyeno, Roberto. Un abrazo!
Claro que tiene razón la sirena, Maite. Los tíos son unos guarros sin remedio.
Yo, al menos, tengo memoria de pez...
A ti te inspira todo, Marcos, no lo niegues.
Mil gracias por la fantástica tarde-noche de ayer. ¡Viva JAZZMEN!
Muy bueno. El relato digo. El sexo oral con una sirenita esta en mi lista de pendientes. Un abrazo.
Genial, Roberto.
Besos y buen veranito.
Un abrazo, Manchas. Y mucho cuidado...
Buen verano, Vero. Por cierto, al colgar este relato me acordé de tus sirenas con piernas...
Jaja! Supongo que son sirenas prácticas y listas ;)
Permítame que me presente, Roberto Malo... (je, je, je) Me llamo Federico y desde ya tienes un nuevo seguidor.
Es absolutamente genial la secuencia de palabras: mamada, pellizco en el pezón, sirena...
Reconozco que el micro me resultó un poco ofensivo al principio, y aún más cuando la pobre chica protesta del trato recibido, pero lo has resuelto con humor.
Lo que no me termina de convencer el el título, demasiado explícito. Tal vez puedas encontrar otro que diga lo mismo pero que no sea tan evidente.
Un saludo.
Un saludo, Federico, y muchas gracias por el comentario. Tomo nota.
Joer, y lo malo que es que se te llene la boca de escamas ¿qué?...
Ay, David, siempre tan gráfico...
Jajajaja pero qué bruto y qué buenooo!!! xDDDD
Sí, Blanca, más bruto que bueno...
Traes leerte y gustarme el giro final, desbarre cambiando el sexo de los personajes y pensando en un centauro y una monitora medioambiental, he terminado en una orgía… de ideas. Además no volveré a ver, por un tiempo, del mismo modo los reportajes de Custeau. Tu texto genial como esta.
Hola, Uriska, me encanta que el relatillo te inspire otras historias; resulta muy halagador.
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