La antología “Microvisions” (Montcada Comunicació, 2005) incluye los siguientes relatos:
Parpadeo, de Luis Berastain
Tres, de Laia Manrique
L´ocell de foc, de Albert García Elena
Papers reciclats, de Judit Pujadó Puigdomènech
¿Borrado?, de Nuria Gas de Cid
Emmirallament, de Ramón Gómez Molina
Les finestres passant, de Adriá Pujol Cruells
Silencio, de Francisco García Real
Manchas en el lavabo, de Dirley Hernández Caro
El koala de mi armario, de Ginés S. Cutillas
El mirall, de Ramón Juliá Arnau
Coma, de Marc Masó Crusellas
Pecat mortal, de Marc Illan i Mata
L´espera, de Jaume Aregall i Miñarro
La sombra del anarquista, de Raúl Muñoz Jiménez
Agorafòbia, de Glòria Monitor Nogués
Casa de nines, de Anna Planas i Roca
La astuta hermanastra, de Roberto Malo
El pare, de Marc García Lloan
La parada del autobús, de Carme Deltell
Atrapada, de Mercè Ortega Rubio
Els ullets, de Elisa Riera Capdevila
La petició, de Ramon Ruidor
Sola, Soledad, de Rafael Vivas Sánchez
Una nit al cine, de Miquel Palomero Almela & Antoni Albalat Salanova
La memòria del vent, de Patrícia Boldú Ibars
La fotografía, de Eugenio Barragán Fuentes
Desaparegut, de Ramón Ferreres Castell
El client, de Francesc Cutchet i Domènec
El mestre, de Xavier Valeri
10 comentarios:
Muy espabilada la hermanastra, jeje.
¡Qué astuta fue la hermanastra!. Estupendo ese relato. Un abrazo.
Hola, José Miguel. No hay nada como leer (así te sabes los cuentos).
Gracias, Marcos, tú sí que eres estupendo. Un abrazo.
Astuta y visionaria la hermanastra esa.
Besicos, Roberto.
El secreto está en leer más. Un besazo, Irene.
Je, je... Ya era hora de que alguien le metiera mano al cuento.
Hola, Joe, a este cuento había que meterle el pie (y encajarlo).
Está usted en todas partes, Sr. Malo.
Enhorabuena!
Ya quisiera estar en todas partes, ya, Vero, pero no me dejan.
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