-Mire, compañero, yo soy revolucionario como el que más, pero esto no es un “souvenir” del Che, es una moneda de tres pesos, y no le pago por ella un dólar ni en broma, que un dólar son veinte pesos.
-Y no, no quiero una caja de puros.
-Y no, eso tampoco, que estoy con mi mujer.
-Y no, eso tampoco, que estoy con mi mujer.
16 comentarios:
Jejejeje...¡qué bueno! y qué poca delicadeza... con la mujer delante...
Totalmente de acuerdo con Marcos: mira que ofrecerle puros delante de su mujer...
jeje, es un gran relato, imagino que real.
¿La foto es tuya? Está genial.
Lo peor es no ofrecerle puros a la mujer. ¡Cuánta razón tiene Bibiana! ¡Falta tanto para la igualdad!
La foto es muy buena.
Pues sí, Marcos, muy poco tacto...
Desde luego, Alfredo. Eso de ofrecer puros con la mujer de uno delante es una vergüenza.
Real como la vida misma, José Miguel.
Y sí, la foto es mía. La vista que teníamos desde el hotel.
Falta mucho para la igualdad, Joe, pero los puros nos los ofrecían a los dos, que conste.
Donde no habrás estado tú. Y es que viajar es una fuente inagotable de anécdotas e historias que luego valen para un relato o un libro.
Fer
Todavía me quedan muchos sitios por ver, Fer. Y muchos donde repetir. Que lo de viajar está muy bien pensado...
Muy bueno. Pero que muy bueno. Saludos camarada.
Hola, Manchas. Gracias, camarada, tienes un gusto exquisito.
Claro que sí, que las mujeres también fuman puros. Hay unas por ahí que hasta te leen el humo del tabaco.
También me gusta mucho la foto, Roberto.
Me ha gustado eso de las mujeres que te leen el humo del tabaco...
Y con semejante vista, la foto no tiene mucho mérito, la verdad...
Muy bueno, cortito pero intenso.
Besos.
Hola, Irene. Nada, una pequeña anécdota viajera...
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