El
otro día escuché embelesado en el tranvía cómo un joven se lamentaba ante su
novia de lo rápido e inexorable que pasa el tiempo (es un gran tema, desde
luego) y rubricaba su parlamento con un sentido y rotundo “Ya es otoño, coño”.
No pude evitar sonreír; hay rimas fáciles que resulta muy difícil no utilizar,
está visto. Llega el otoño, un año más, y todos sacamos al poeta que llevamos
dentro. En efecto, caen las hojas, se acerca el frío y florecen los poetas, así
ha sido siempre en esta estación tan melancólica. La vida, insultantemente
cíclica, es lo que tiene. Sin embargo sigue calentando el sol como si fuera verano,
y las bermudas se niegan todavía a abandonar nuestras piernas, pero ya es
otoño, coño. Aquí y en Logroño. Eso es innegable. Los políticos siguen de
campaña (porque no se han dado mucha maña con sus artimañas) y la vida sigue,
sigue igual o tirando a peor, que somos capaces de cargárnosla cualquier día,
si nos ponemos a ello, o sin ponernos a ello incluso. Nuestra capacidad de
destrucción es ilimitada. También el otoño nos trae un nuevo curso, y nuevos
retos, todo hay que decirlo. Por parte de la cultura, por ejemplo, las
editoriales afilan sus novedades, las televisiones lanzan nuevas series, los
festivales estrenan películas que arrasarán, las programaciones teatrales
arrancan con inusitada fuerza, y uno se ve desbordado por mil flancos, sin
poder llegar ni a la mitad. Asimismo, como parte de la rueda, uno mismo intenta
humildemente poner su granito de arena y sacar nuevos libros, estrenar
cuentacuentos y espectáculos, realizar novedosas propuestas y actividades para
el curso que se inicia… Y uno mismo se sobrecarga sin remedio. Ay, tanta
cultura me va a matar.
jueves, 25 de septiembre de 2025
YA ES OTOÑO
"Ya es otoño" aparece en "Malas firmas" (Interludio, 2020). Toda la información del libro en el siguiente enlace:
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