viernes, 25 de junio de 2010

EL FIN DE UN ESCRITOR



me asaltó un presentimiento...
y me robó todas las ideas de la cabeza

en consecuencia,
ya no tengo nada que escribir

lo único que hago
es perseguir como un loco
al maldito presentimiento

15 comentarios:

Raúl G.R dijo...

Maldito presentimiento. Como no lo encuentres van a ir a por ti los de la editorial. ¿No has firmado un contrato millonario con ellos por varios libros que riete tu de la tal Rowling?

roberto dijo...

Hola, Manchas. ¿Contrato millonario? Ni en sueños, maño...

Marcos Callau dijo...

Como des caza al presentimiento lo lleva claro... Espero que le digas unas cuántas cosas y luego nos las dejes leer. Un abrazo, amigo, y hasta la vuelta...

roberto dijo...

Un abrazo, Marcos, y disfruta mucho por París.

ANA LA MALA dijo...

FELICIDAAAAAAAAADEEEEEES
I LOVE YOU MUCHO

roberto dijo...

Un beso, prenda.

Hansel en Baviera dijo...

¿Y esto lo etiquetas tú como tonterías?
Por cierto, gracias por tus cometarios y, ya de paso y como hace mucho que no nos vemos personalmente, ¿tú cuál eres de los dos, el de los pelos o el otro?
Un abrazo y feliz verano.
Norberto

roberto dijo...

Soy el de la derecha, Norberto (sé que no está nada claro, la verdad). Y gracias a ti y feliz verano, claro que sí.

Amaya dijo...

Si no es muy buen presentimiento... déjalo correr ;)

roberto dijo...

Lo dejo, Amaya, lo dejo...

39escalones dijo...

Bueno, la búsqueda, persecución y captura del maldito presentimiento puede ser una idea interesante. Quizá vuelva para robártela y lo puedas agarrar del cuello... u otro sitio.

roberto dijo...

Sí, se podría estirar la historia por ahí... o por otro sitio.

VERONICA LEONETTI dijo...

Estos sustos no se le dan a la gente decente que te sigue y te lee. Menudo escritor poco considerado...;)

roberto dijo...

Ahí me has dado, Vero; soy, sin duda, un escritor poco considerado...

cronicasdediaslluviosos dijo...

En realidad era un folio en blanco y la sangre derramada, toda ella, de esa musa susurradora de historias.

Pero eso... eso sólo llega con la muerte.