jueves, 23 de diciembre de 2010

PONGA UN POBRE EN SU MESA



Cada Navidad, hago mi buena acción. Pongo alguno de los pobres del barrio en mi mesa. Y sinceramente, una vez cocinados, ya no huelen tan mal. Y más de uno resulta exquisito.

10 comentarios:

  1. Genial. ¿Para cuando tus relatos hiperbreves o microrrelatos (o como quieras llamarlos) publicados?
    Son muy buenos.

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  2. Je,je,je... Muy berlanguiano.
    Y de postre, ¿qué? ¿Brazo de gitano?
    Felices fiestas.

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  3. Sin duda hay gente que hace eso, aunque sea en sentido metafórico.

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  4. Hola, Manchas. Di que sí (que te oigan los editores).

    Ya saldrán, ya, paciencia.

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  5. Hola, Alfredo, berlanguiano, claro que sí. Felices fiestas.

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  6. Hola, José Miguel. Es una metáfora, por supuesto. Tú sí que me comprendes...

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  7. Hola, Vero, el apellido me pierde...

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  8. Hola Roberto. Ya estoy de vuelta pero "sin tildes" pues mi teclado tiene problemas. En fin.... la informatica y yo nos llevamos muy mal. Lei este texto mientras estaba en Madrid y recuerdo que lo hice en voz alta para beneficiar al resto. Nos hizo mucha gracia. Es estupendo. Me recordo a un capitulo de "Farmacia de guardia" en que invitaban a cenar a un mendigo de la calle, que resultaba ser Fernando Fernan Gomez. Tambien hicieron el mismo capitulo en "Cuentame" y el pobre resulto ser Jose Luis Lopez Vazaquez en uno de sus ultimos papeles. Esa historia del pobre en la mesa se presta mucho a la escritura pero ese final tuyo tan sorprendente tiene la inconfundible firma Malo. Un fuerte abrazo de vuelta en Zaragoza.

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  9. Feliz vuelta, Marcos. Ya contarás.

    Un abrazo.

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