blog del escritor
Tan real...
A la conversación le pones una goma elástica, no piensen mal, y tienes un chiste.;-)Salu2 Córneos.
jajaja....¡qué bueno!. El miedo realmente lo pasó la niña que la pobre está a punto de llorar.
Así es, Joe. Como se suele decir, inspirado en una anécdota real.
Cierto, Javier, con goma elástica y como chiste, funciona muy bien.
Hola, Marcos. Gracias por pasarte por el cuentacuentos. Como los niños, lo pasamos de miedo.
Jaaaaajajajajaja, pobrecicaaaaaa!!! jajajaja. Muy bueno Roberto. Feliz Halloween!! ;D
Qué sinceros son los niños, qué bendita inocencia a pesar de su crueldad, cada vez me enternecen más, pobre niñita.Un beso, Roberto.
Gracias, Blanca. Feliz noche. Un besazo.
Hola, Irene, bendita la inocencia, sí. Un besazo.
Vosotros os reís porque no os ha pasado...Qué cruel es la infancia...
Ay, Alfredo, la inocente crueldad de los niños...
La honestidad de los niños... eso sí que da miedo.
Hola, Vero. Como se suele decir, los niños no mienten (ni los borrachos).
Tan real...
ResponderEliminarA la conversación le pones una goma elástica, no piensen mal, y tienes un chiste.
ResponderEliminar;-)
Salu2 Córneos.
jajaja....¡qué bueno!. El miedo realmente lo pasó la niña que la pobre está a punto de llorar.
ResponderEliminarAsí es, Joe. Como se suele decir, inspirado en una anécdota real.
ResponderEliminarCierto, Javier, con goma elástica y como chiste, funciona muy bien.
ResponderEliminarHola, Marcos. Gracias por pasarte por el cuentacuentos. Como los niños, lo pasamos de miedo.
ResponderEliminarJaaaaajajajajaja, pobrecicaaaaaa!!! jajajaja. Muy bueno Roberto. Feliz Halloween!! ;D
ResponderEliminarQué sinceros son los niños, qué bendita inocencia a pesar de su crueldad, cada vez me enternecen más, pobre niñita.
ResponderEliminarUn beso, Roberto.
Gracias, Blanca. Feliz noche. Un besazo.
ResponderEliminarHola, Irene, bendita la inocencia, sí. Un besazo.
ResponderEliminarVosotros os reís porque no os ha pasado...
ResponderEliminarQué cruel es la infancia...
Ay, Alfredo, la inocente crueldad de los niños...
ResponderEliminarLa honestidad de los niños... eso sí que da miedo.
ResponderEliminarHola, Vero. Como se suele decir, los niños no mienten (ni los borrachos).
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