lunes, 13 de septiembre de 2010

EN EL FIN

Mi máquina de escribir agoniza. Se muere sin remedio mientras tecleo estas líneas. El tiempo –ese maldito cabrón- la ha envenenado. Creo que ya no le queda much

14 comentarios:

  1. Cuando he visto la fotografía me he asustaod bastante. En fin, espero que sólo sea un relato y que tu máquina de escribir siga dándonos tantos buenos ratos...

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  2. Las máquinas murieron hace tiempo. Una pena. No queda sitio para los románticos...

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  3. Hola, Marcos. Solamente es un relato, tranquilo. Más que moribunda la tengo abandonada. Me costó bastante dejarla por el ordenador; de alguna manera, le debía una despedida.

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  4. Así es, Claudio, el ordenador mató a la estrella de la máquina de escribir.

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  5. Hola, Joe. Ocurrente es mi segundo apellido. Pero se me conoce más por el primero, me temo.

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  6. Me temo que ya es un consejo tardío, pero no hubiera estado de más intentar hacerle el boca-tecla...

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  7. Yo nunca tuve máquina de escribir. Aprendí en una de ellas (al final de la E.G.B., qué lejos queda) pero, siempre me han resultado muy interesantes. Consérvala...

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  8. Lo intenté, Alfredo, lo intenté. Por mí máquina lo que haga falta...

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  9. Hola, Amaya, la conservo, pero la uso ya muy poco, la verdad.

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  10. A lo mejor solo hay que cambiarle la cinta! ¿Se dice así? ¿Aún se conseguirán?

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  11. ¿Y no te mola seguir a máquina? Bueno, es menos práctico que el ordenador, pero sí tiene más rollito.

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  12. Sí, Vero, todavía se pueden conseguir cintas (pero no creo que por mucho tiempo, vaya).

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  13. Es cierto, José Miguel, escribir a máquina mola, pero la gente se me descojonaba cuando la veía (ahora la tengo algo escondida, qué remedio).

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