En Dublín todas las tías tienen las tetas firmes y gordas. No solamente las dublinesas, no. Lo que quiero decir es que a todas las tías que están en Dublín, sean de donde sean, se les ponen las tetas que da gloria verlas. A mi mujer, sin ir más lejos, fue llegar al hotel y descubrir que su pecho estaba como nunca. Salimos por la noche, y en todos los bares y restaurantes que entramos lo comprobamos: todas las tías iban sin sujetador, no lo necesitaban, para nada, y todas estaban pero que muy bien equipadas. No sabíamos a qué se debía semejante fenómeno: si a la temperatura, si a la atmósfera particular de la ciudad, si al hecho de que allí no hubiera más que bares, bares y más bares. Qué gran ciudad, desde luego. No había apenas bancos. Sólo bares: el paraíso de un juerguista. Y de los mirones. Y de las mujeres que quieren mejorar su pecho sin pasar por el quirófano. Vayan a Dublín y compruébenlo si no me creen.
¿Y en los tíos qué efecto tiene el ambiente dublinense? XD
ResponderEliminarJoer, ¿será la Guinness? ¿Y a las chicas que ya van bien servidas también les aumenta? ¿Alquilan carretillas...?
ResponderEliminarAhora entiendo la fama de "Dublineses"...
Esta es la clase de comentarios que deberían figurar en las Guías de Viajes. XDDD
ResponderEliminarSaludo Roberto
Fer
Ninguno especial, Joe, las mujeres son las que lo sufren.
ResponderEliminarPero a mí me gustaría conocer una explicación científica del fenómeno, para eso he metido esta entrada.
¿Algún viajero tiene la respuesta?
La cerveza es lo primero que pensé, Alfredo, porque beben sin conocimiento. Podría ser, no hay duda.
ResponderEliminarRespecto a la fama de la película "Dublineses" no puedo opinar: me quedó dormido a mitad.
Hombre, Fernando, has dado en el clavo. Yo soy animador, así que animo a viajar a Dublín, que está muy bien (y de paso que alguien me encuentre una explicación cabal).
ResponderEliminarA ver cuándo puedo ir por allí...
ResponderEliminarYa tenía ganas de conocer Irlanda sin leer este artículo. Ahora mis ganas han aumentado...también sin quirófano.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarLo cierto, Dana, es que, independientemente de los fenómenos extraños, Dublín está muy bien.
ResponderEliminarEn que cosas os fijáis los escritores! desde luego...
ResponderEliminarHabrá que ir a comprobarlo ;)
jajajaja, voy todos los años a Dublín, pero me da por mirar el paisaje. Mal hecho. Oye, esto debería saberlo los de información y turismo de Irlanda.
ResponderEliminarMe ha encantado!
Oye, te has fijado que los tíos van con el pelo rapado, el de la cabeza.
K,
Marta
Hola, Vero. La verdad es que la que se dio cuenta del fenómeno fue mi mujer. Yo soy muy poco observador. Como buen escritor, estoy siempre con la cabeza en las nubes.
ResponderEliminarHola, Marta. Tú sí que sabes, ¡vas todos los años a Dublín!
ResponderEliminar¿Por algo será, no? Cuenta, cuenta.
Yo sólo estuve cuatro días.
Eso será por el clima serrano que tienen allí.
ResponderEliminarLo del clima tiene que ver, eso seguro. Estoy contigo, José Miguel.
ResponderEliminarMuy bueno, Roberto. Interesantísimo y absolutamente contrastado. No sé si será influencia de la muy bien dotada Molly Malone, paradigma de la mujer irlandesa... ;)
ResponderEliminarTe lo cojo para mi blog. Gracias.
:))
Saludos,
Chesús
Gracias a ti, Chesús, por contrastarlo. Me hace ilusión que lo hayas puesto en tu blog de Irlanda, ilustrado con esa gran foto de la escultural escultura de Molly Malone (siempre me ha gustado esta mujer, supongo que por el apellido).
ResponderEliminarYo también he observado este fenómeno, que atribuía al poder calórico de la mantequilla.
ResponderEliminarEl poder calórico de la mantequilla... Me encanta tu explicación.
ResponderEliminarllevo en Dublin 10 anos y mi talla no ha cambiado!! Y no sera por la falta de ingesta de productos de la tierra... No sera que fuiste tu el que ingeriste la Guinness?????
ResponderEliminarMas comentarios en el blog the Chesus.
Bueno, esto es solamente un cuento, una broma peregrina, que nadie se lleve a engaño. Pido disculpas por ser tan políticamente incorrecto; espero no haber ofendido demasiado.
ResponderEliminarEn cualquier caso, lo único que pretendía era animar a visitar Dublín.
buena observacion roberto, ¿os fijasteis tambien en el monton de pelirrojos/as que habia? a ver si javier va a tener ascendencia irlandesa??????????
ResponderEliminarPues sí, Vicky, hay pelirrojos por todas partes, faltaría más.
ResponderEliminarYa le preguntaré a Javier por su ascendencia...
Estás hecho polvo de la cabeza, Roberto. Me he reído con el texto :-)
ResponderEliminarSiempre quise ir a Dublín, ahora con más motivo, jajaja, seguro que es efecto del frío, no sé si dará igual meterse en un congelador.
ResponderEliminarMe pensaré el viaje.
Besitos para ti, tu mujer y vuestra preciosidad de criatura.
Estoy mal de la cabeza, Óscar, lo sé, pero si por lo menos te has reído... algo es algo. Un abrazo.
ResponderEliminarEl frío, Irene, seguro que tiene algo que ver. Desde luego que sí. Un beso.
ResponderEliminar