en mi sueño
me tiro desde la azotea
de un rascacielos
mientras me precipito
a toda velocidad
al vacío,
en busca tal vez del fin,
veo mis sueños,
mis cuentos,
mis mentiras,
mi vida,
mis seres queridos,
y, por último,
aguardándome abajo,
mi cama
caigo sobre ella
levemente,
como una pluma,
me ovillo en ella
poco a poco
y sigo soñando
como si nada
El vacío nos lleva al dulce sueño de la verdad.
ResponderEliminarVamos, lo que se llama un "buen viaje". No sé si habiendo tomado algo antes... Todos soñamos que caemos alguna vez, pero no siempre nos espera la cama...
ResponderEliminarEso es tener las ideas claras: emocion y riesgo pero con la cama aguardando.
ResponderEliminarQué bien explicas los sueños, Roberto. Proximamente incluiré una reseña de "La marea del despertar" en el blog, una novela que me encantó por la forma precisamente en la que tratas el mundo de los sueños.
ResponderEliminarY en el sueño, Vero, soñamos con la realidad.
ResponderEliminarLo de caer en sueños es un tema muy recurrente, Alfredo; es cierto que nos pasa a todos.
ResponderEliminarY no había tomado nada antes, pero con unos tragos de más se tienen sueños muy vívidos (está comprobado).
Claro, Joe, a todos nos gusta el riesgo... y la cama.
ResponderEliminarGracias, Dana, será un placer leer tu reseña de "La marea del despertar". Le tengo mucho cariño a esa novela onírica.
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