En un restaurante de Kuala Lumpur me comí una medusa. De aspecto gelatinoso y color blanquecino, pero de un sabor extraordinario. Qué cosa más rica, por favor.Desde entonces, ya no miro las medusas de la misma forma. Ya no las veo como algo peligroso, ya no las observo con cierto recelo o reverente miedo. No, en absoluto. Sólo las miro con deseo. Con hambre voraz.
La próxima vez que vean una medusa cerca, no huyan, no se alejen nadando como locos. Cácenla. Cocínenla. Cómansela. Ya me dirán.
Ya imagino los chiringuitos de la playa: Menu de verano medusa tierna, cerveza fria y frigopie. Saludos.
ResponderEliminarNunca he visto una medusa como algo peligroso... No le doy tiempo a acercarse XD
ResponderEliminarEn serio, Manchas, una medusa (bien cocinada, supongo), es un manjar. ¡Que corra la voz!
ResponderEliminarTienes buena vista, Joe. Eso es bueno para salir pitando a tiempo, desde luego.
ResponderEliminarLo que pasa es que la medusa mediterránea no es lo mismo que la malaya. Cuando la tratas de freír se deshace en agua y se queda en na' de na'.
ResponderEliminarEs lo que tiene el viajar tanto como tú, que puedes probar todas las comidas exóticas ;-)
Va a ser eso, Santi, va a ser eso...
ResponderEliminarbien bien, pero de momento me quedaré con el pulpo :-)
ResponderEliminarhe leído todos los relatos de Nocte de Paz. Tío, "Carta a los reyes" y "Ponga a un pobre en su mesa" me han encantado. Están entre mis 7 favoritos de la antología.
Curiosa recomendación pero la haces con tal feroz adoración por su sabor que merece la pena probarla. Muy buena fotografía, por cierto.
ResponderEliminarEl pulpo es una maravilla, compañero. Pero hay que abrirse a nuevos sabores.
ResponderEliminarAsimismo, tus dos relatos del "Nocte de Paz" son muy buenos.
No lo hemos hecho demasiado mal, vaya.
Gracias por lo de la foto, Dana. La hice yo, en Kuala Lumpur, la misma noche de la cena con la medusa. Las Torres Petronas son impresionantes, desde luego, y de noche resultan espectaculares.
ResponderEliminarEnhorabuena por la foto y por esa valentía culinaria.
ResponderEliminarTambién me han encantado tus relatos en Nocte de paz, y mucho!
¿Medusas? Eso me suena a Bob Esponja, jejeje. ;)
ResponderEliminarGracias, Vero, los de Nocte somos muy majos, ya sabes.
ResponderEliminarHola, Fernando. Por cierto, a mi hija le encanta Bob Esponja... Es lo que tiene ser padres. Estamos puestos en las cosas importantes.
ResponderEliminar